Invitación para entregarnos al Gran Misterio

La mayoría de nosotros estamos habituados a vivir en una constante búsqueda de seguridad y estabilidad, así como en torno al cumplimiento de expectativas, sean estas internas o externas. Hemos vivido inmersos en y persiguiendo ideas de quien deberíamos ser, cuando, como, donde, al punto que hemos elegido ponernos al hombro una pesada carga que comúnmente nos genera desasosiego, infelicidad y drena nuestra energía vital. En esta búsqueda, como algunos probablemente hemos experimentado, continuamente nos encontramos chocados, confrontados, atascados, al vernos girando en incongruencias, incoherencias, ambivalencias, visiones opuestas y decepciones por las cuales hemos sufrido, hemos hecho sufrir a otros, y hemos puesto casi todo de nosotros para tratar de resolverlas. Y, a pesar que la vida misma, a través de múltiples situaciones, se ha encargado de demostrar que todo intento de predecirla y de controlarla es fútil e ilusorio, muchos hemos continuado el vano camino de insistir que la vida se adapte a nuestras ideas. Para muchos, esto ha resultado en un cansancio profundo que nos ha llevado a dar un giro a nuestra vida, y trascender nuestras propias limitaciones. Entonces, inspirados por continuamente ver a través y habitar más allá de toda esta ilusión, encontrando Paz, Alegría, liviandad y Libertad nos preguntamos, ¿Es realmente posible tener control sobre los acontecimientos de la vida? ¿Necesitamos tener el control?¿Es posible saber con total certeza que es esa vida misma? ¿Es posible resolver el gran enigma de quienes somos y para qué estamos aquí en la Tierra?

Abrirnos al Gran Misterio es permitirnos explorar e indagar sobre nuestras creencias, y en humildad reconocer que sabemos poco –o nada – de lo que realmente está pasando en la vida y sobre que es la Vida Misma. En este sentido, una apertura al Gran Misterio es permitirnos estar en lo desconocido, el no tener dirección ni orientación, el perder un poco o del todo el balance, en el no saber quiénes somos, ni para donde vamos y, de esta manera, soltar la necesidad de tener seguridades, de habitar en lo conocido y la zona de confort – en nuestro ego. Así, abrirnos al Gran Misterio pone a tambalear nuestras estructuras y nos invita a dar un salto al vacío, a darle lugar a lo nuevo ¿Puedes sentir en este momento la libertad y descanso que encuentras al, por lo menos por unos instantes, soltar la necesidad de saber o resolverlo todo, de tenerlo todo bajo control, o de sentirte el único responsable del mundo?

En esta apertura al Gran Misterio yace el descubrir; se nos revela todo lo que hemos creído e insistido que somos, así como todo lo que realmente somos. Este paso es vital para nuestro proceso. Por un lado, significa reconocer nuestras propias ideas y actividad, eso que hemos estado reforzando y haciendo para limitarnos a nosotros mismos y separarnos del otro, lo cual nos ha causado tanto sufrimiento. Y, por otro lado, este salto al vacío significa, al permitirnos ver, escuchar y sentir más allá de toda limitación e ideas de separación (ego), encontrarnos y fundirnos en Unidad, en nuestra esencia, y así recordar como habitar esta Tierra en la Libertad y Felicidad inherente de la Vida misma.

Pequeños – o talvez grandes – inmersiones en lo desconocido y en lo que descubrimos en este proceso, así suene extraño, comienza a cautivarnos. Naturalmente empezamos a enamorarnos del Gran Misterio y a querer habitar en él. Nos enamoramos de la emoción y plenitud de lo desconocido, de la liviandad empoderadora que este permite, y comenzamos a estar más interesados en el no saber, el no necesitar resolver, lo cual, simultáneamente, nos anima a querer descubrir, permitir entrar, y así realmente entender la realidad de la vida misma. Enamorados y al tiempo enraizados en nuestra esencia, sentimos un llamado a confiar plenamente, entendiendo que la más sabia elección es entregarnos humildemente y soltar lo viejo, nuestras corazas y protecciones, nuestras ideas de separación y limitación. Y, como todo enamoramiento real, damos lugar a algo nuevo, algo desconocido pero profundamente íntimo y verdadero; es como retornar a casa, al origen. El Gran Misterio se siente y experimenta y así despierta y transforma profundamente, abriendo paso al Amor. ¿Estás dispuesto o dispuesta a saltar?

Así, mi invitación es que te permitas fundirte en el Gran Misterio. Serás como una roca expuesta a las altas temperaturas de un volcán, de nuestro Padre Kumanday, que entrega su coraza al magma para hacerse Una con las demás. Como estas rocas, aprenderás o profundizarás en como permanecer en quietud interna y externa para así permitir el proceso natural de despertar y transformación que ocurre a través de la meditación profunda, y cuando habitamos en entrega al Fuego del Corazón. En este caminar, te encontrarás con el fuego interior y con herramientas que te ayudarán a clarificar y sanar tus corazas y estructuras egóicas y así darte cuenta que el camino es recordar nuestra esencia y reconocernos como parte, manifestación y co-creadores de un Todo. Fundido, experimentarás que significa vivir desde la Unión y Libertad inherente del Ser, a través de la apertura y el enamoramiento a lo desconocido. Y, así como el magma y lava eventualmente se enfrían para dar lugar a nuevas y variadas formaciones rocosas, día a día, momento a momento, renacerás con un nuevo entendimiento, habitando desde una auténtica y original diversidad. Este llamado es para cualquier persona que tenga la apertura para oír, no importa de donde venga o que practique. ¿Escuchas el llamado de tu Corazón? ¿Estás listo para entregarte a él? ¿A tu Corazón que es la voz del mismo Gran misterio, del mismo Universo?

Gracias. En el vacío nos encontraremos

Esteban Ferrero Botero
Yogui, Sembrador y Guardián del Ecozentro Madre Kumbra

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